A veces la pasión por la música es tal, que se transmite hasta en los genes. Esa es la historia de este guitarrista y productor mexicano, que fue director de la banda del cantante Marcos Witt durante ocho años. No exagera cuando afirma que viene de una “dinastía musical”, antes de él, cuatro generaciones se dedicaron a este arte. Su padre, don Roberto, fue un reconocido acordeonista de música cristiana norteña, en México. Aunque no dice si espera que su hijo de tres años, a quien cariñosamente llama Robertito, siga sus pasos, sí desea que algún día escuche las composiciones hechas por su papá y las disfrute. 

Ha trabajado con Danilo Montero, Coalo Zamorano, David Scarpeta, Harold Guerra, Alex Campos y Daniel Calveti. Ha participado en producciones ganadoras de varios reconocimientos como los álbumes Alegría y 25 concierto conmemorativo de Marcos Witt, que fueron premiados en el 2007 y 2012 con Latin GRAMMY en la categoría Mejor álbum cristiano en español. Hizo parte del álbum En paz, de Daniel Calveti, que ganó en el 2009 dos premios Arpa: Compositor del año y Mejor álbum de cantautor. También, formo parte como Productor Musical y guitarrista del disco Como en el cielo, de la agrupación Miel San Marcos, que recibió un premio Dove en el 2015 como Álbum del año en español. Así mismo, formo parte como Productor Musical y guitarrista del Disco de la misma agrupación “Miel San Marcos” titulado“Pentecostés” cual fue nominado al Latin GRAMMY en el 2018 . Formó parte de la Película “Samson” de Pure Flix,  como Co-Productor del Soundtrack del tema “Redemption”. Hoy, trabaja como Productor y Guitarrista de la cantante Noemí Prado, su esposa. 

Asegura que, antes de subirse al escenario, su prioridad es pasar tiempo a solas con Dios. “Todo se desarrolla con el rendimiento total a Él. Sin eso puedes pasarte 10 o 15 años en el escenario con un artista o cantante cristiano y vivir vacío, puedes sonreír pero caminar vacío”, comenta. 

Roberto Prado Jr, como es conocido en el ámbito musical, le contó a tutiendacristiana.com cómo es la vida detrás del escenario, y habló sobre sus inicios y trayectoria:

Lo que más amo de la música es poder disfrutar lo que hago. Es un privilegio que Dios me da sin merecerlo, Él me ha dado ese honor.

Principalmente toco la guitarra, soy guitarrista profesional. Después aprendí a interpretar el bajo, el piano, la batería y la mandolina. Me atraen mucho las cuerdas.

Comencé en la música porque vengo de una dinastía musical. Mi papá, mi abuelo, mi bisabuelo y aún más atrás, todos han sido músicos, desde los siete años comencé a tocar. Cuando era niño mi familia viajaba con evangelistas, esa fue mi formación como músico, después sí estudié. No recuerdo haber estado en otro ambiente que no tuviera que ver con la música. 

Mi primer instrumento fue uno mexicano que se llama bajo sexto, es muy norteño, muy de dónde soy. Es hecho a mano, de 12 cuerdas y tiene mucho que ver con la guitarra, pero de estilos totalmente diferentes. A los siete años empecé a tocarlo y a los nueve a grabar, también lo hice con mi papá porque él es acordeonista. Fueron tiempos muy lindos que aproveché para aprender, sigo aprendiendo.

Aprendí a interpretar el bajo sexto por el deseo de querer más. Algo que le recomiendo a los músicos es siempre 'pensar fuera de la caja', no querer sonar como otra persona, no copiar o imitar a alguien, simplemente tener referencias e influencias. Les aconsejo estar en la búsqueda de crear su estilo, que sean sus manos y sus dedos. Eso les diría a los guitarristas, estén siempre en busca de crear su propio sonido y manténgalo bien fuerte cada vez que tocan.

Me inspiro en Dios, puede sonar como una respuesta muy grande pero es porque Él ha sido muy grande conmigo. Dios nunca termina de darte lo que tiene para ti, cuando estés haciendo alguna melodía, cree siempre que Dios te va a dar más. 

Después de Él, me inspira mi esposa, mi familia, mi Robertito Jr, espero que algún día escuche la música de su papá y también la disfrute. Creo que esos son mis motores, principalmente agradar al Señor, hacer que sonría cuando yo interprete algo que llegue a sus oídos.

Admiro a varios músicos y guitarristas americanos. Puedo mencionar muchos, pero sobre todo creo que es influenciarse de ellos y encontrar un sonido propio. De México, por ejemplo, admiro a Héctor Hermosillo, quien además es un buen amigo. Yo tenía como 15 años y recuerdo que me encantaba su línea melódica, su forma de interpretar, de afinar, su calidad. Me impresionaba su ministerio, cada verso y cada canción tocaba mi corazón. Estamos hablando de los años 90, ya estamos viejitos (risas). 

Retos siempre hay. Cada vez que te sientas a hacer un arreglo es un reto, tiene que salir bien, si no, hay que borrar y comenzar otra vez. Siempre será un reto hacer música y más para que el Señor se agrade. 

También me gustaría aprender a tocar el violín, el chelo, no me he atrevido pero me encanta todo lo que es orquesta, y lo que son cuerdas me fascina. 

Un instrumento que me gustaría tener es una guitarra hawaiana. Todos los que son guitarristas me dicen: “Roberto, ¿para qué quieres eso?”. No sé, se me hace muy interesante, creo que podría sacarle mucho provecho. 

En cuanto a accesorios e instrumentos, como productor, trabajó con Protools desde hace varios años. Si te desempeñas en ese campo, te invito a que te hagas ingeniero calificado y te certifiques en el sistema Avid. Después de eso, es importante tener una buena interfaz de audio digital. Para los guitarristas es necesario un buen amplificador, buenos pedales análogos, buena guitarra, algunas marcas estándar son Fender o Gibson.                  

Hay muchas diferencias entre la música cristiana y la secular porque lo que no edifica, degrada. La música cristiana sin duda edifica. Creo que el asunto es el propósito de escuchar música secular. Si la utilizamos como referencia, está bien, siempre y cuando no sea un vicio. La idea no es traer toda la influencia de lo secular a la iglesia, sino al revés. Ahí es donde les digo a mis compañeros músicos, tenemos la tarea de aprender y enseñar nuevas técnicas, en eso todavía nos falta. Quizá por eso, y con toda razón, el músico se inclina a escuchar referencias seculares. Nos ayudaría más si encontráramos la unidad para apoyarnos y no criticarnos entre nosotros. Ese es el tipo de espíritu que me gustaría que tuviéramos, que habláramos para edificar. 
   
En este momento escucho música cristiana americana porque en los últimos 3 o 4 años he trabajado con música americana de la más popular. Escuchó también la música de mi esposa, Noemí Prado. Me encanta Danilo Montero, Marcos Witt, Daniel Calveti entre otros. 

 

Entrevista por @andreparra92 para TuTiendaCristiana.com